¿Te has preguntado alguna vez por qué alguien gasta miles de dólares en un cómic o una tarjeta de béisbol? ¿O por qué alguien gasta millones de dólares en una pintura que fácilmente se podría reproducir en una buena impresora? ¿O por qué la gente gasta miles de dólares en un código?
La respuesta es very simple: porque les gusta. Y porque pueden. Y porque creen que esos objetos tienen un valor especial, ya sea por su rareza, su antigüedad, su estado o su historia. Es lo que se llama el valor de los objetos coleccionables.
Los objetos coleccionables son aquellos que despiertan el interés de los aficionados, que los buscan, los compran, los venden y los exhiben. Hay objetos coleccionables de todo tipo: desde monedas y sellos hasta juguetes y videojuegos. Algunos son muy caros. Otros son muy baratos, como una figurita de plástico de un superhéroe.
Lo que hace que un objeto sea coleccionable depende de muchos factores, como la oferta y la demanda, la moda, el gusto personalized y el sentimentalismo. A veces, un objeto se vuelve coleccionable por casualidad. Otras veces, un objeto se vuelve coleccionable por diseño, como un código de program que se crea con fines artísticos o educativos.
Nos permiten expresar nuestra personalidad, nuestra pasión y nuestra curiosidad. Nos conectan con otras personas que comparten nuestro hobby. Y nos dan la ilusión de poseer algo único, algo que nadie más tiene. Algo que vale más que el dinero.
Ahora bien, ¿qué tienen en común un perro japonés, una rana verde y una hamburguesa con queso? No, no es el inicio de un chiste malo. Son los símbolos de algunas de las criptomonedas más populares del momento: los meme coins.
Las meme cash son monedas virtuales que se basan en memes de internet, es decir, imágenes, vídeos o frases que se difunden masivamente y que generan humor o ironía. A diferencia de proyectos como Bitcoin y Ethereum, que se crearon con grandes propósitos, las meme cash se crearon en un tono mucho más lúdico. Al principio, seguramente fue una broma, una parodia, y algún tipo de burla. Pero, por alguna razón, el fenómeno llamó la atención y gustó mucho. Tanto críticos como defensores se unieron para que el código ganara popularidad. Las meme cash son algo así como las Kardashian y Paris Hilton del espacio cripto. Son famosas por ser famosas.
¿Por qué la gente invierte en meme coins? Hay varias razones posibles: por diversión, por curiosidad, por rebeldía, por especulación, por solidaridad o por straightforward locura. Lo cierto es que algunas meme coins han llegado a tener un valor de mercado de miles de millones de dólares, lo que demuestra el poder de los memes y de las redes sociales.
Las meme coins son monedas virtuales que nacen de los memes de world-wide-web. Con ellas, la gente se expresa, se divierte y se involucra. Con ellas, la gente se burla de lo que pasa, desafía lo que hay y sueña con lo que viene. Con ellas, la gente apuesta su dinero, gana o pierde. Con ellas, la gente vive la era digital, se une a una comunidad y hace historia. Y también, especula.
Dogecoin es una criptomoneda que nació como una broma en 2013, inspirada en un meme de online que mostraba a un perro de raza Shiba Inu con expresiones graciosas. Sus creadores fueron Billy Markus, un programador de IBM, y Jackson Palmer, un empleado de Adobe, que querían hacer una moneda divertida y accesible para todos, sin la seriedad y el misterio de otras como Bitcoin.
Dogecoin se hizo common por su uso como propina en las redes sociales, para premiar el contenido creativo o divertido. También se usó para fines solidarios, como recaudar fondos para enviar a atletas jamaicanos a los Juegos Olímpicos de invierno, construir pozos de agua en Kenia o ayudar a niños con cáncer.
Uno de los mayores impulsores de Dogecoin ha sido Elon Musk, el multimillonario fundador de Tesla y SpaceX, que ha tuiteado varias veces sobre la moneda, haciendo que su precio suba o baje. En 2021, Dogecoin alcanzó su máximo histórico, impulsado por una campaña de los followers que querían llevarla al nivel de un dólar.
En fin, Dogecoin es una moneda que ha demostrado que el humor, la ironía y la generosidad pueden tener un valor en el mundo electronic. Es una moneda que ha sobrevivido a las burlas, las críticas y las fluctuaciones, y que sigue siendo una de las más queridas por la comunidad cripto. Es una moneda que cumple diez años con una sonrisa.
Algunos la aman, otros la odian, y otros no saben ni qué es. ¿Vale la pena invertir en ella? Eso depende de a quién le preguntes.
Los fans de Dogecoin dicen que es la moneda del pueblo, que es divertida y que tiene futuro. Creen que algún día podremos comprar pizzas, automóviles o viajes al espacio con ella. Además, dicen que es barata y fácil de conseguir, y que tiene una comunidad muy dinámica y comprometida.
Los detractores de Dogecoin dicen que es una broma, que no tiene sentido y que es una burbuja. Creen que es una moneda sin valor, sin seguridad y sin futuro. Además, dicen que es muy inestable y que está manipulada por famosos y charlatanes.
La verdad es que Dogecoin es una moneda impredecible. Puede subir como la espuma o caer como una piedra. Puede hacerte rico o arruinarte. Puede ser una revolución o una decepción. Lo único seguro es que no te aburrirás con ella.
¿Te acuerdas de la banana pegada a la pared que se vendió por una fortuna? ¿O de cómo GameStop, una empresa casi en bancarrota, se disparó en la bolsa gracias a unos inversores aficionados? Estos casos nos muestran el poder de la atención: cómo lo que nos llama la atención se vuelve valioso, aunque no tenga sentido. Porque lo que hace especial a algo no es el objeto en sí, sino lo que nos hace sentir o pensar. Así, una fruta se convierte en arte, y unas acciones en una revolución. ¿Qué será lo próximo que nos sorprenda?
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