Blockchain probablemente sea más conocido por bitcoin porque la primera vez que se estableció un uso para esta tecnología fue con esta moneda, pero su potencial va mucho más allá de las criptomonedas y sus ámbitos de aplicación están en crecimiento. Esta tecnología está transformando los negocios y las organizaciones están explorando cómo puede transformar la forma en que crean y buscan valor. Es más, la consultora Gartner prevé que para 2030 está tecnología pueda generar un valor de más de tres billones de dólares al año.
Como su propio nombre indica en inglés, se trata de una «cadena de bloques». De hecho, «se puede entender visualmente como una verdadera cadena formada por eslabones», explica el profesor de la Universidad de Alicante y socio fundador de Nouss Intelligence, Jerónimo Mora, en un evento de Madrid Network. A ello añade que se puede asemejar a una libreta de contabilidad donde se almacenan datos y donde se establece un registro de transacciones digitales. Sin embargo, esa información no está alojada en un solo lugar, sino que se trata de una gigantesca base de datos que puede ser compartida y consultada por todos, por lo que no hay intermediarios. En suma, permite transmitir información entre pares que no se conocen a gran velocidad de forma segura, ya que se puede trazar el recorrido de esa transacción. «Blockchain es una nueva filosofía de hacer las cosas, democratiza la gobernanza y potencia la transparencia», expresa Mora.
Operaciones financieras, registro de la propiedad y autoría, identidad digital, gestión de servicios públicos, seguridad social, trazabilidad de productos o cuestiones sanitarias son algunas de sus aplicaciones. Y prueba de su alcance, Mora habla del ejemplo de Estonia que está recanalizando todos sus servicios públicos a gestionarlos con blockchain y está funcionando «muy satisfactoriamente».
Dentro del sector de las finanzas, y concretamente del fintech, esta tecnología juega un importante papel en su modernización. «No todo el blockchain es moneda, sino que pueden ser otras cosas importantes y necesarias para la transformación, ya que la criptomoneda ya ha tenido su desarrollo y ya está presente», explica el presidente de MAD Fintech, Salvador Molina. Actualmente, su interés está más centrado en desarrollar la tecnología blockchain en favor de la fiabilidad y del crecimiento de los servicios financieros y que estos ayuden a transformar el resto de las economías». Por tanto, «el principal reto es trabajar en la identidad digital y también en el aseguramiento de las transacciones digitales».
Por su parte, en el sector salud también tiene aplicación. El objetivo de la empresa Conéctate Soluciones y Aplicaciones era generar una red donde diferentes asociaciones se pusieran de acuerdo para certificar y validar datos. El CEO de esta firma, Fernando Latorre, explicó que se encontraban trabajando en la trazabilidad de productos biológicos y blockchain les ayuda a desarrollar este proceso. «Esto es de utilidad ahora con el tema de las vacunas contra la COVID-19 para certificar, desde la fabricación de las dosis hasta su utilización, incluyendo todos los pasos intermedios y de los proveedores que estén involucrados en la entrega».
También la utilizan para certificar documentos generados por un médico y empoderar al paciente para poder disponer de sus datos sanitarios y ser atendidos en cualquier sitio. «Todo esto redundará en una mejor calidad de vida y en una mejor atención al paciente», dice Latorre. Otro uso que están dando a la red de blockchain es para el ámbito de la investigación. Es decir, posibilitar que las organizaciones guarden datos anónimos de códigos clínicos sin datos personales como, por ejemplo, el registro del número de vacunaciones que se realicen para emplearlo en estadísticas o bien la cantidad de casos de coronavirus detectados para el mismo fin. «2021 tiene que ser el año del despegue del blockchain en salud», concluye Latorre.
En relación a estas innovadoras ideas que van surgiendo en torno a esta tecnología, el country manager de MoneyOak, David Puentes, ha subrayado la necesidad de patentar estos proyectos y de registrar estas soluciones. «Muy pocas empresas y emprendedores conocen los incentivos fiscales que tiene esto, concretamente el IPbox (patentbox) es uno «de los más potentes pero también el menos conocido» y se trata de una reducción de un 60% en el Impuesto de Sociedades.
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