Desde 2016, Argentina está inmersa en una guerra contra la inflación. Causada por múltiples factores, como la falta de confianza en el banco central o el exceso de gasto del gobierno, la depreciación del peso argentino ha afectado negativamente al poder adquisitivo de los ciudadanos.
Esto ha llevado al 37.3% de la población a estar bajo el umbral de pobreza, y ha dejado a muchos otros con sus ahorros desvanecidos en el aire. En este contexto, muchos argentinos han recurrido a Bitcoin (BTC) y a las criptomonedas como forma de protegerse contra la inflación del 60%, a pesar de que el mercado está en rojo desde hace varios meses y de que el banco central prohíbe a las instituciones financieras operar con activos digitales.
En un informe de Americas Market Intelligence (AMI) citado por Reuters, se encontró que la «penetración de las criptomonedas» en Argentina había alcanzado el 12%, el doble que otros países de la región como Perú o México.
Además de Bitcoin, los argentinos han recurrido cada vez más a las stablecoins como medio para almacenar el valor del dólar estadounidense, especialmente porque su país impone estrictos controles de capital a los exchanges.
Cuando el creador de Ethereum, Vitalik Buterin, visitó Argentina en diciembre, declaró que la adopción de criptomonedas en el país estaba en aumento y que la adopción de stablecoins también estaba creciendo significativamente. Advirtió que esto podría cambiar si el dólar estadounidense comenzaba a mostrar serios problemas.
En una escala más amplia, Argentina parece estar adoptando un enfoque cauteloso hacia la regulación de los activos digitales. En una entrevista de 2021 en Youtube, el presidente argentino Alberto Fernández dijo: «Hay una gran discusión sobre las criptomonedas, es un debate global y debo confesar que es una cuestión de precaución».
En un tono más optimista, también afirmó que «las criptomonedas tienen una ventaja» porque «ayudan a contener la inflación» y que, «en cierto sentido, son un activo estable».
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