¿Qué es el riesgo? Es una palabra que usamos mucho, pero que no siempre entendemos bien. El riesgo es algo que puede pasar o no, pero que si pasa, nos puede causar algún problema. Por ejemplo, si cruzamos la calle sin mirar, hay riesgo de que nos atropelle un automóvil. Si invertimos nuestro dinero en una empresa desconocida, hay riesgo de que perdamos todo. Si comemos demasiado chocolate, hay riesgo de que nos salgan caries.
El riesgo se mide por dos factores: la probabilidad y las consecuencias. La probabilidad es la posibilidad de que ocurra algo. Las consecuencias son los efectos que tiene ese algo. Cuanto mayor sea la probabilidad y las consecuencias, mayor será el riesgo. Por ejemplo, el riesgo de que nos caiga un meteorito es muy bajo, porque la probabilidad es muy pequeña. Pero si nos cae, las consecuencias serían catastróficas. Por eso, el riesgo no es cero, sino muy bajo.
La gestión de riesgos es el arte de evitar o reducir los riesgos. Para ello, hay que identificar los riesgos, evaluarlos y controlarlos. Identificar los riesgos es saber qué puede pasar y por qué. Evaluar los riesgos es estimar la probabilidad y las consecuencias de cada uno. Controlar los riesgos es tomar medidas para prevenirlos o mitigarlos. Por ejemplo, para evitar el riesgo de que nos atropelle un automóvil, podemos mirar antes de cruzar. Para reducir el riesgo de que perdamos nuestro dinero, podemos diversificar nuestras inversiones. Para prevenir el riesgo de que nos salgan caries, podemos cepillarnos los dientes.
El riesgo es parte de la vida, y no podemos eliminarlo por completo. Pero podemos gestionarlo de forma inteligente, para evitar o minimizar los daños. Así podremos vivir más tranquilos y felices. Y recuerda, el riesgo no es solo negativo, también puede ser positivo. Porque el riesgo también implica oportunidad, y a veces, hay que arriesgarse para conseguir algo mejor.
¿Te has preguntado alguna vez cómo elegir la mejor forma de enfrentarte a los riesgos que te rodean? No es una tarea fácil, porque hay muchos factores que influyen en tu decisión. Por ejemplo, no es lo mismo el riesgo de que te caigas por las escaleras que el riesgo de que te invadan los extraterrestres. El primero es más probable y más grave que el segundo, aunque ambos son indeseables.
Para elegir la mejor estrategia para gestionar el riesgo, tienes que tener en cuenta tres cosas: la naturaleza del riesgo, el nivel de riesgo percibido y los recursos disponibles.
Según estos factores, puedes elegir entre diferentes estrategias para gestionar el riesgo, como:
Evitar el riesgo: consiste en no hacer nada que pueda provocar el riesgo. Por ejemplo, si tienes miedo a volar, puedes evitar el riesgo de subir a un avión.
Reducir el riesgo: consiste en hacer algo que disminuya la probabilidad o el impacto del riesgo. Por ejemplo, si quieres evitar el riesgo de quemarte, puedes usar protector solar.
Asumir el riesgo: consiste en aceptar el riesgo y sus consecuencias. Por ejemplo, si quieres practicar un deporte extremo, puedes asumir el riesgo de lesionarte.
Compartir el riesgo: consiste en repartir el riesgo con otras personas o entidades. Por ejemplo, si quieres emprender un negocio, puedes compartir el riesgo con un socio o un inversor.
Transferir el riesgo: consiste en delegar el riesgo a otra persona o entidad. Por ejemplo, si quieres proteger tu casa de un incendio, puedes transferir el riesgo a una compañía de seguros.
La elección de la mejor estrategia para gestionar el riesgo depende de tu situación y de tus preferencias. No hay una respuesta única ni correcta. Lo importante es que seas consciente de los riesgos que te afectan y de las opciones que tienes para enfrentarlos.
Las criptomonedas, como Bitcoin, Ethereum o Dogecoin, son muy populares entre los inversores que buscan ganar dinero rápido. El funcionamiento es sencillo: compras una cantidad de criptomonedas con tu dinero serious, esperas a que suba su valor y luego las vendes por más dinero del que invertiste. Así de fácil, ¿verdad?
Bueno, no tanto. Porque las criptomonedas son muy volátiles, es decir, que su precio cambia constantemente y de forma impredecible. Puede que hoy compres un BTC por $40K dólares y mañana valga $50K, pero también puede que valga $30K o menos. Y si vendes en ese momento, habrás perdido dinero en lugar de ganarlo.
Por eso, invertir en criptomonedas es muy arriesgado. La volatilidad es alta. No es como ahorrar en una cuenta bancaria o comprar acciones de una empresa estable. El riesgo se parece a jugar en un casino, porque puedes obtener grandes beneficios o sufrir grandes pérdidas.
Debemos, además, recordar que las criptomonedas no están reguladas. Esto significa que no hay ninguna autoridad que las controle o proteja. Si tienes algún problema con tu inversión, no podrás reclamar a nadie. Estás solo ante el peligro.
Por otro lado, las criptomonedas son un imán para los estafadores. Esto significa que hay muchas personas que quieren aprovecharse de tu ignorancia o codicia. Pueden ofrecerte falsas oportunidades, robarte tus claves o hackear tu cartera. ¡No te fíes de nadie!
Por último, las criptomonedas son un experimento. Esto significa que son nuevas y no se sabe cómo evolucionarán. Puede que algún día se conviertan en el futuro del dinero, o puede que desaparezcan sin dejar rastro. ¡No pongas todos tus huevos en la misma cesta!
Como ves, las criptomonedas no son para los débiles de corazón. Si quieres invertir en ellas, debes estar preparado para asumir los riesgos y las consecuencias.
Ahora bien, el riesgo es una parte inescapable de la vida. Sin riesgo, no hay aventura, no hay emoción, no hay progreso. Pero tampoco hay que temer al riesgo, sino enfrentarlo con inteligencia y valentía. Porque el riesgo también es una oportunidad de aprender, de crecer, de ganar. Los inversores que asumen riesgos suelen obtener mayores beneficios que los que se conforman con lo seguro. Pero no se trata de arriesgarlo todo a ciegas, sino de gestionar el riesgo con criterio y prudencia. El riesgo hay que medirlo y mitigarlo, no evitarlo ni ignorarlo. Así que no te desmoralices por el riesgo. Gestiónalo. Inversor novato: Te recomiendo que investigues sobre cómo gestionar mejor el riesgo antes de invertir.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
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